Monday 30 December 2013

Wengerismo resultadista

Si la Premier League se disputara con el formato del Campeonato de Argentina, Arsenal en estos momentos estaría festejando su consagración como campeón del Torneo Inicial 2013/2014, Copa "inserte nombre populista de su agrado". Hay más, también quedó a tope de la tabla para el año calendario 2013 entre todas las ligas inglesas:




Arsenal lidera la tabla de 2013 habiendo regalado dos meses de ventaja (enero y febrero). El equipo de Wenger tocó fondo tras tres duras derrotas en Londres: 0-1 vs Blackburn (5ta Ronda FA Cup), 1-3 vs Bayern Munich (ida de octavos de la Champions League) y 1-2 en el Derby del Norte de Londres como visitante vs Tottenham (Premier League).
La primera derrota fue fatal ya que eliminó al equipo de la FA Cup. La segunda era virtualmente fatal, como luego se confirmaría (aunque del modo menos esperado), y la última suponía en palabras de Villas-Boas: "la continuidad de un espiral de malos resultados del que Arsenal difícilmente pueda salir". Claro, quedaban 10 fechas, Arsenal estaba muerto anímicamente y séptimo en la tabla a 7 puntos del entonces tercero Tottenham. El resto como ya saben, es historia. Villas-Boas habló de más, gastó junto a Levy arriba de £100 millones en el último mercado y hoy se encuentra (con toda justicia) desempleado.

¿Qué ocurrió entre aquella derrota y el actual liderato en Premier? Ocurrieron muchas cosas, pero en lo sustancial, Wenger le vendió la ilusión de seguridad al inseguro. El inseguro era el plantel de Arsenal. Un plantel desangrado año tras año de figuras, tratando de surfear la ola entre los cañonazos de dinero que lanzan Chelsea y los Manchester. Wenger creía en ellos pero ellos no creían en sí mismos. Y así, las siempre ambiciosas aspiraciones del francés daban nuevamente contra la pared alrededor de marzo.
¿Las fallas? Las mismas de siempre en las últimas temporadas:

En defensa: achique indiscriminado y por tanto muchas veces ineficiente y peligroso. 
En ataque: dificultad para sostener la posesión ante la presión del rival (agravando la problemática del achique) y falta de chispa y profundidad en los metros finales. 
La conjugación de ambas: una severa merma en la confianza.

Arsenio activó el protocolo de emergencia en un partido que en la previa parecía un trámite: Bayern Munich vs Arsenal, partido de vuelta de octavos de final de Champions League. El francés le permitió a su equipo hacer algo que lo sigue caracterizando hasta hoy: replegarse seguido en su propio campo (la ilusión de seguridad). El experimento dio resultado. Sin ser muy superior, Arsenal golpeó al principio y al final del partido y venció al poderoso de Baviera 2-0 en el Allianz Arena. El equipo de Heynckes se pegó tremendo susto pero pasó a cuartos de final por goles de visitante. Poco después aplastaría al Barcelona por un global de 7-0 y se consagraría campeón de Europa ante el Dortmund en Wembley. Arsenal tomó esa victoria en Munich como catalizador y dio una gran muestra de carácter, ganando 8 de los últimos 10 en Premier, sin derrotas. El 1-0 de la última fecha con gol de Koscielny en St James' Park alcanzó para terminar cuarto, un punto encima de Tottenham. El equipo comenzaba a recuperar la confianza en sí mismo.

De allí en adelante todo fue estímulo. Wenger recuperó las buenas expectativas para Arsenal. En un mercado de verano largo y tenso el equipo no perdió a ninguna de sus figuras e incorporó al mago Mesut Ozil, proveniente del Real Madrid por una cifra record para el club: £42 millones. El mensaje era claro, Arsenal quería volver a pelear por los títulos en serio. El plantel lo entendió rápido, ¿quién les iba a vender a los jugadores que el club traía a Ozil desde el equipo más poderoso del mundo pero que iban a pelear por el cuarto puesto? El vestuario era ahora pura confianza. En el tintero quedó la llegada de un delantero de calibre, pero el alemán proveía al equipo de soluciones claras al problema en ofensiva. La incorporación estrella fue wengerismo puro. Ozil es un jugador de características similares a jugadores con los que Arsenal ya contaba: Cazorla, Wilshere, Rosicky. Con una diferencia, es de un nivel superior, de los mejores armadores del mundo. Ozil era un upgrade automático a la estructura ofensiva del equipo. La falencia en ataque fue solucionada parcialmente, falta un delantero goleador. Pero la magia para romper líneas en los metros finales y la expectativa de que cuando Ozil lleva la pelota algo bueno está por ocurrir fue muy importante para jugadores muy estimulados a moverse mucho y atacar los espacios buscando ser asistidos por el mago.
También regresó tras 5 años Flamini: un volante posicional muy luchador y de mucho carácter. Soy de los que relativiza el peso de su importancia en el equipo pero queda claro que su aporte tiene valor.

¿Y en defensa? Wenger salió de su zona de confort y le dio las llaves del departamento defensivo a la pieza clave del cambio que se operó post derrota en White Hart Lane: Per Mertesacker. El abanderado del repliegue sostenido. Arsenio es un fundamentalista del achique, como Guardiola, pero menos acabado y con peores herramientas. Idealmente, para achicar, hay que contar con centrales veloces. Veamos las parejas de centrales estables de Arsenal desde que ganó la FA Cup 2005 para acá:

Campbell - Toure
Gallas - Toure
Gallas - Vermaelen
Koscielny - Vermaelen
Mertesacker - Vermaelen
Mertesacker - Koscielny


Sobre un total de 6 centrales tenemos 5 veloces contra 1 lento. También tenemos jugadores de recambio lentos (y malos) en este período, que de poca utilidad resultaron: Senderos, Djourou y hasta Squillaci.*
La conjugación de centrales veloces no implica que haya que achicar siempre. Simplemente predispone mejor a un equipo que apunta a presionar para recuperar la pelota rápido. Luego la lectura de los defensores para saber cuándo ejecutar el achique y cuándo no, será fundamental. Esto último la defensa de Arsenal lleva mucho tiempo haciéndolo mal.

La aparición del central de la Selección de Alemania (suplente en sus comienzos en Arsenal) rompió con el siempre imperante binomio de centrales rápidos. Hoy ya asentado como líder de la defensa, Mertesacker le ofrece a Wenger gran lectura de juego y timing (fundamentales para suplir su falta de velocidad), presencia fuerte en el juego aéreo y mucha personalidad. Y fue bien equipado: Koscielny (de gran nivel hace rato) es su complemento ideal para la marca hombre a hombre, para el anticipo, para la salida por abajo y para achicar cuando es oportuno. Los laterales no se quedan atrás: Sagna ha recuperado su mejor forma y Gibbs trepó un par de escalones en una evolución que muchos esperábamos de él.*

Y así es que Wenger, un hombre de nociones radicales como Frank Cobb, pasó del fundamentalismo del achique al achique restrictivo. 
El plan opera más o menos así: la iniciativa es nuestra salvo que el rival disponga lo contrario (i.e vs Everton, City o Borussia Dortmund como visitante). Si ello ocurre, Arsenal cede bastante territorio PERO intenta no ceder la pelota, apelando a la mayor virtud de los equipos de Wenger: posesión, movilidad y mucha circulación del balón. Es una estrategia para nada exenta de riesgos, pero Arsenal ostenta la segunda valla menos vencida de 2013 (recibió apenas un gol más que Everton). Además, Arsenio tiene mucha fe en lo que Ozil+Walcott (también Chamberlain/Podolski) puedan darle en la contra. Por el momento no vimos demasiado de esto dadas las lesiones de los extremos. De hecho Arsenal ha jugado la mayor parte de lo que va de la temporada sin wines. En esta clase de partidos el ideal de sostener la posesión a pesar del asedio del rival tuvo resultados dispares. Funcionó vs United (analizo el primer tiempo) y Dortmund. Falló vs Everton y Manchester City. Mal que nos pese no es difícil entender por qué. Dortmund y United presionaron con la intención de soltar juego rápido por las bandas y herir del modo más rápido y directo posible. Everton y Manchester City, en cambio, buscaron lastimar a Arsenal sometiéndolo, haciendo circular la pelota. La diferencia de calidad individual entre un equipo y otro es obvia: uno le marcó un gol, y el otro, seis.
Cuando Arsenal tiene la iniciativa la cosa es más sencilla. El equipo se instala en territorio rival y además presiona y muy bien. La defensa achica terreno con cierta prudencia y los volantes que siempre andan juntos para tocar, están juntos para recuperar. La primera oleada de presión de Arsenal en estos casos es muy efectiva. Nótese que en esta clase de partidos el equipo no falló casi nunca (cosa que hacía y mucho en temporadas anteriores). Solamente fracasó ante Chelsea y (si se quiere) en el segundo tiempo vs Manchester United. Ozil ha jugado una parte muy importante en ello. Como así también Ramsey, que está jugando en un nivel exponencialmente superior al de la temporada pasada.

No es sencillo formular advertencias o intentar marcar errores cuando el equipo está arriba de todos en la tabla tras medio torneo, pero esta costumbre de repliegue de Arsenal es peligrosa. Es más sencillo defenderse con la pelota que sin ella. No resultó para nada agradable ver al equipo aguantando los últimos 20 minutos y resignando totalmente la posesión vs Newcastle como si se tratara del Barcelona. Tampoco fue simpático perder la punta del grupo de Champions tras una derrota muy evitable ante Napoli en Italia. Contra Everton tras un inicio arrollador en el segundo tiempo Wenger realizó tres cambios juntos que le dieron el control del partido al visitante. ¿Y qué decir del primer tiempo en Old Trafford? Capítulo a parte para ello, dado que fue otro episodio de pánico escénico en dicho estadio. 
Hoy se defiende el ingreso de laterales en lugar de extremos, pero eso jamás formó parte del manual wengerista. Lo que hizo Wenger fue brindarle la ilusión de seguridad a un grupo de personas que se encontraban mentalmente abatidas. Viene dando resultado, pero Wenger no está cómodo con este approach y uno presiente que pretende otra cosa a futuro. 

Si Ozil fue el primero de muchos, probablemente el techo de este equipo se encuentre muy lejos del nivel actual. La ilusión está intacta.




*: Podríamos hablar de los cambios en la fisonomía del mediocampo operados por la aparición (y mantenidos tras su ida) de Fabregas, pero la figura de Mikel Arteta ha demostrado que son poco relevantes para el tema que nos ocupa.

*: Párrafo a parte para las (muchas) virtudes de Mikel Arteta. Lo dejamos para otro día.





Monday 2 September 2013

Entre más caro, mejor (within reason)

Se acabó el mercado europeo y estalló la polémica. El Real Madrid del rey del circo, Florentino Pérez, le pagó a una bandita de recluidos en el norte, norte de Londres (the dodgy end) la estrafalaria suma de €100 millones para hacerse de los servicios del joven galés Gareth Bale. Todos reaccionaron. Martino con el típico argumento socialista berreta: “Es una falta de respeto para el mundo en general”. Lo dice el tipo que maneja el plantel mejor pago del mundo. Y que cuenta con un delantero por el que Barcelona pagó hace poco más de un mes casi €60 millones. Ridículo el "Tata". Pero la mayoría cuestionó el pase desde un lugar más sensato: “¿Vale esa plata Bale?” Un análisis medianamente objetivo y razonado de la situación diría que no. Pero no entremos en esa discusión. El punto es que, exceptuando este tipo de pases a primera vista disparatados, el hecho de que se esté pagando grandes cifras por las grandes figuras del fútbol es en principio una excelente noticia.


El doping financiero

La conclusión rápida ante las cifras que se manejan en traspasos en los últimos años es que estamos ante una gran burbuja. Pero no es cierto. Los valores que se manejan hoy son más producto de fundamentales sólidos que de una potencial burbuja. El aporte burbujeante a la ecuación proviene de los seres más despreciables del planeta fútbol: Roman Abramovich y los Jeques árabes. Compran a mansalva con dinero completamente ajeno a la actividad futbolística. Uno es un mafioso ruso de los peores que hay, los otros son monarcas de Estados riquísimos en petróleo. Estos personajes en cuestión se lanzan a gastar a lo Florentino y muchas veces (en el apuro) compran calidad inferior a la que frecuenta el Santiago Bernabeu.


A saber:

Damien Duff (Chelsea 2003):                                           £23 millones
Ricardo Carvalho (Chelsea 2004):                                   £26,5 millones
Shaun Wright-Phillips (Chelsea 2005):                          £28 millones
Andriy Schevchenko (Chelsea 2006):                              £40 millones
Fernando Torres (Chelsea 2010):                                     £51 millones
Robinho (Manchester City 2008):                                    £40 millones
Joleon Lescott (Manchester City 2009):                         £25 millones
Emmanuel Adebayor (Manchester City 2009):              £27 millones
Edin Dzeko (Manchester City 2010):                                £35 millones
James Milner (Manchester City 2010):                            £20 millones
Aleksandar Kolarov (Manchester City 2010):                 £21 millones
Javi García (Manchester City 2012):                                 £20 millones
Fernandinho (Manchester City 2013):                              £37 millones
Javier Pastore (PSG 2011):                                                 £39 millones
Thiago Silva (PSG 2012):                                                    £36 millones
Marquinhos (PSG 2013):                                                    £27,5 millones


Y vamos a darle el beneficio de la duda al PSG con Cavani, porque considero que es un enorme delantero. Aclárese que se pusieron con £57 millones.
Lo concreto es que desde sus respectivos desembarcos, el gasto total en transferencias producido por los mecenas de Londres, Manchester y Paris asciende a:

Roman Abramovich (Chelsea, desde 2003): £938 millones
Jeque Mansour: (Manchester City, desde 2008): £760 millones
Jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani: (PSG, desde 2011): £320 millones

La gran diferencia con las aventuras de Florentino es que el Madrid es el club que más ingresos genera en el planeta. Y por mucho.

Ingresos (temporada 2011/2012):

1. Real Madrid: €512 millones
2. Barcelona: €483 millones
3. Manchester United: €396 millones
4. Bayern Munich: €368 millones
5. Chelsea: €320 millones
6. Arsenal: €290 millones
7. Manchester City: €285 millones
8. Milan: €257 millones
9. Liverpool: €233 millones
10. Juventus: €195 millones


En síntesis: Chelsea y Manchester City tienen ingresos a lo Arsenal (que hoy ya los superó a ambos en ese departamento) pero gastan a lo Real Madrid (¡o más!). Las cuentas obviamente no cierran, el déficit lo cubren los “benefactores”. Para agravarlo, en el caso puntual de Chelsea vemos los números del año en que ganó la Champions League, por lo que sus ingresos se vieron potenciados a partir de un suceso que es improbable que se repita con mucha frecuencia.
Podemos conceder que a base de grandes déficits Abramovich y Mansour han logrado impulsar a las primeras planas a dos clubes de buena base en cuanto a cantidad de hinchas. Los han catapultado internacionalmente, cosechando muchos fanáticos en Asia especialmente. No es el caso (por ahora) del PSG, que hasta la temporada 2011/2012 inclusive no figuraba entre los 30 equipos con más ingresos. Nuestros amigos pueden llegar a consolidar a sus “equipos-juguete” eventualmente, pero de lograrlo lo harán a costas del resto de los equipos y de la generación de cierto riesgo sistémico. Años de déficits inmensos sustentados con dinero ajeno a la actividad. El fútbol es igual que la economía: más competencia es más deseable. La diferencia es el modo: acá se logra con mayor regulación (los incentivos son disímiles). Sin Chelsea, Manchester City y PSG los precios posiblemente no hubiesen trepado tan rápido a estos niveles. Pero analicemos ahora la otra cara de la moneda.


Los fundamentales sólidos

Fuera del mundo de fantasía de Roman y los Jeques también hay chequeras a las que múltiples ceros no las asustan. Al ya mencionado caso del Real Madrid podemos sumarle a su némesis catalán, el Barcelona, y a Manchester United. Veamos sus gastos de 2008 para acá:

Real Madrid: £616 millones  
Barcelona: £400 millones
Manchester United: £243 millones 

Hasta el propio Real Madrid gastó menos que el Manchester City desde 2008 a la fecha. Lo concreto es que los mecenas hacen a sus clubes cada vez más viables (a base de grandes déficits injustos para el resto) y los grandes no les pierden el paso (a pesar de la inflación generada). No todos los experimentos de benefactores van por la “senda Chelsea”. Málaga y Anzhi hicieron enormes erogaciones y sus dueños acabaron abandonándolos. Lazio y Leeds United vivieron situaciones similares en el pasado reciente.

Pasando puntualmente al tema inflación. Siempre y cuando usted no suscriba a delirios monetarios kerneristas, va a poder comprender perfectamente lo siguiente:

Si la cantidad de jugadores extremadamente talentosos se mantiene más o menos constante a lo largo de los años, pero el fútbol como actividad genera y atrae cada vez más y más dinero (TV, Sponsors, Camisetas, Globalización, etc) los precios de esos talentosos que escasean sólo puede ir para un lugar: para arriba. Y mucho.

Vamos a los números: la Premier League recibió £305 millones de la TV en el acuerdo por tres temporadas firmado en su año debut: 1993. En dicha temporada el traspaso récord en Inglaterra fue el de Roy Keane: del Nottingham Forest al Manchester United por £7,5 millones. Al día de hoy la Premier League percibe por derechos de retransmisión de los partidos la impactante suma de £5,5 mil millones (17 veces más que el acuerdo de 1993) y la compra récord de un club inglés es por £51 millones: Fernando Torres en 2010, de Liverpool a Chelsea (7 veces más de lo que pagó el United por Keane hace 20 años). El Real Madrid tenía ingresos por €138 millones en el año 2000. Su compra máxima era de €60 millones, Luis Figo, proveniente del mismísimo Barcelona. 9 años después le ingresaban €440 millones y su transferencia récord era Cristiano Ronaldo (€94 millones). Algo más del triple de ingresos contra un incremento de poco más del 50% en el monto de su mayor transferencia. Concedido que en estos cálculos no estamos ajustando por inflación, pero la diferencia es tan grande que no cambiaría mucho la cosa.

Sufrimos el síndrome del nominalismo. Los números nos impactan por el monto, pero no medimos su valor real. En un mundo (el del fútbol) en el que la masa monetaria crece a un ritmo muy superior al de los bienes a disposición (jugadores talentosos) la inflación es inevitable. Algo similar sucede en la Argentina. Con una diferencia: en Argentina la masa monetaria aumenta porque el gobierno monetiza su déficit fiscal imprimiendo moneda. El fútbol atrae cada vez más recursos porque el negocio no para de crecer. Por tanto, entre más caro, mejor. Más fútbol, más global, más trabajo, más riqueza. Salimos todos ganando, aunque Martino hable de “falta de respeto al mundo en general” mientras gana más de 5 millones de euros por año.



Conclusión

Hay aspectos de la coyuntura actual del fútbol europeo que no son deseables. Todos los hinchas del fútbol velamos por un juego más justo y parejo a partir de mayores condiciones de igualdad. Que el Real Madrid y el Barcelona negocien sus derechos de retransmisión en forma individual es una tremenda injusticia para el resto de los equipo de La Liga. En la temporada 2011/2012 a Real Madrid y Barcelona le ingresaron por este concepto €140 millones a cada uno. El tercero fue el Valencia con €48 millones y el último Racing de Santander con €13 millones (menos del 10% que los gigantes). Para el resto de los equipos europeos también es injusto. En Inglaterra y Alemania el dinero de la TV se divide en partes casi iguales (hay una porción algo mayor para los que mejor terminan en la tabla). Posiblemente los cambios a realizar impliquen imponer un salary cap (estilo NFL) limitando así lo que se puede gastar en salarios. Posiblemente impliquen eliminar la ventana de invierno y acortar la de verano. Posiblemente impliquen limitar el nivel de pérdidas que pueden presentar los clubes en sus balances (tal como propone hoy la UEFA a través del Financial Fair Play). Posiblemente impliquen prohibir gastos con dinero que no sea producto de la actividad futbolística. Son muchos los cambios a realizar y probablemente desacelerarían el ritmo actual de la inflación. Pero esto no significa (delirios a lo Bale al margen) que el fútbol no esté en condiciones de gastar enormes sumas de dinero en traspasos sin poner en jaque la sustentabilidad de los clubes. Hasta el muy prudente Wenger se destapó tras asegurar una tremenda mejora en los acuerdos comerciales de Arsenal. Adquirió a Özil en £45 millones, triplicando el desembolso récord del club: £15 millones por Arshavin en el mercado de invierno de 2009.  

El Real Madrid vale algo más de US$ 3000 millones y su deuda (de largo plazo y a tasa razonable) es de algo más de US$ 700 millones. Arsenal vale US$ 1400 millones y debe repagar un total de US$500 millones en los próximos 19 años (intereses ya calculados). Como podemos ver, ratios de deuda muy manejables, más aún si los ingresos siguen trepando a la velocidad que lo vienen haciendo.

Y tengámoslo en claro: mientras el fútbol siga siendo negocio y siga generando mayores ingresos, los precios de jugadores talentosos escasos sólo seguirán subiendo. Podría haber un eventual cambio si la globalización del juego llevase a que salgan cracks en cantidad desde todas partes del mundo. Pero todavía falta y mucho para un escenario de ese tipo. Florentino Pérez dijo tras ser cuestionado por el monto que estaba por desembolsar por Bale: “Los jugadores no son ni baratos ni caros, son inversiones. Algunas salen bien, algunas salen mal”. Para una marca del calibre del Real Madrid esto es absolutamente cierto. A veces te sale un Kaka, a veces te sale un Cristiano Ronaldo. Con Bale lleva las de perder. Pero el galés tiene 6 años de contrato, tiempo más que suficiente para que la mega maquinaria del fútbol siga aumentando sus ingresos, potencialmente tornando mucho menos impactantes los 100 millones que se pagaron por Bale. 


Trevor Francis le costó £1 millón al Nottingham Forest en el año 1979. Bale acaba de ser adquirido por €100 millones. A este ritmo de inflación, para el año 2047, la transferencia récord va a ser de £7,4 mil millones. Y no descartemos que sea un monto viable para los equipos más poderosos del mundo. El fútbol es una actividad cuyos fundamentales tienen cimientos de relativamente fuertes a fuertes. Si los números (nominalmente hablando) lo aterran, hable con los Bancos Centrales. Los que imprimen son ellos. No los clubes.








Sunday 28 July 2013

El momento Catch-22 de la economía mundial

Si un piloto de aviones de combate quiere ser excusado de una misión, debe solicitar ser sometido a exámenes para determinar si está en estado de demencia. Los reglamentos del ejército estipulan que ninguna persona cuerda querría volar en misiones de combate, dado que las chances de supervivencia son muy bajas. Por tanto, si un piloto hace una solicitud para no volar por estar en un supuesto estado de demencia, de hecho está demostrando que está cuerdo, y por tanto en condiciones de volar.
Inversamente, cualquier piloto que quiera volar en tales misiones, demostraría implícitamente que es un demente. Para demostrar este extremo, sólo debe presentar la mencionada solicitud. Naturalmente, esta clase de pilotos nunca lo haría. Y de hacerlo, quedarían atrapados por la trampa.
El Catch-22 es la trampa perfecta, inmortalizada por Joseph Heller en la novela que lleva el mismo nombre. El piloto, quiera volar o no en misiones de combate, acabará haciéndolo.

Es posible que la economía mundial haya llegado a su momento Catch-22. La discusión en torno a política monetaria y fiscal en EEUU es muy simple: hay que estimular porque si se lleva acabo una política contractiva la depresión que ello conllevaría sería la catástrofe más grande de la historia.

Esta tesis tiene cierto mérito. Veamos este cuadro: 





La recuperación de la última recesión es la más lenta y dolorosa desde la Segunda Guerra Mundial para acá, y por mucho. Y esto sólo cuenta una parte de la historia, ya que según un estudio de Alan Taylor de la Universidad de Virginia, las recesiones que conllevan un colapso del sistema financiero son mucho más largas y profundas que las recesiones "normales". Taylor y compañía tomaron los 200 y monedas de ciclos económicos desde 1870 a la fecha e hicieron una comparación entre los tipos de recesiones:







La mayor gravedad y duración de una recesión que incluye colapso del sistema bancario es obvia: una vez que explota la burbuja crediticia todo el sistema financiero juega una temerosa carrera para desapalancarse rápido y minimizar pérdidas. Consecuentemente el crédito se congela, y como ya sabemos, la economía depende y mucho del crédito. Más aún una economía con sistema de reserva fraccionaria y requisitos de capital muy bajos para los bancos.

Y nuestro momento Catch-22 va tomando forma. La política fiscal de EEUU desde el inicio de la crisis ha sido relativamente contractiva en un contexto de status quo keynesiano que pide a gritos profundizar el déficit fiscal para que la economía logre reactivarse. No es objeto de este post entrar en ese debate, pero podemos conceder que en cualquier caso EEUU no ha sido fiscalmente expansivo. Donde si ha sido expansivo (muy expansivo) es en su política monetaria. El cuadro que vemos a continuación de reservas bancarias en exceso a los requerimientos legales es elocuente:




Los bancos americanos cuentan con casi US$2 trillions de "excess reserves". En otras palabras, los esfuerzos estimulantes de la FED no están logrando reactivar el crédito como quisieran ya que el crecimiento de la economía es (en el mejor de los casos) modesto. De hecho, Bloomberg publicó la semana pasada que durante el boom pre crisis cada dólar emitido por la FED devenía en US$70 de M2. Hoy ese número se redujo a apenas US$1,50. Esto explica también porque la inflación sigue siendo baja. El desapalancamiento es muy fuerte, demasiado para las herramientas con las que cuenta Bernanke, que no sólo ha emitido una barbaridad de dólares, si no que mantiene las tasas en 0% desde diciembre de 2008. Más contundencia vía Allan Meltzer:

"During QE2 (from November 2010 to July 2011), the Fed added a total of $557.9 billion to reserves, and excess reserves grew by $546.5 billion. That means that banks circulated only 2% of QE2’s contribution, leaving the rest idle. Similarly, since QE3 was launched last September, total bank reserves have grown by $244.1 billion, and excess reserves by $239.4 billion – meaning that 99% of the funds remain idle."

 La respuesta de Paul Krugman es inequívoca: la FED no puede sola, el Congreso se debe poner de acuerdo e implementar programas de estímulo fiscal que acompañen el esfuerzo expansivo del Banco Central. Nuevamente no es el punto de este post debatir si la receta del bueno de Paul es la correcta, pero si vale decir que EEUU está procediendo en esta crisis con un playbook más monetarista que keynesiano. Más de Friedman que de Keynes; al menos en cuanto a política monetaria y fiscal. Desde ya que Obama, Lew, Bernanke y compañía son más keynesianos que friedmanitas y esto también tiene sus implicancias en esta ensalada.

Pero no nos vayamos por las ramas, no es la idea instalar un cuadrilatero macroeconómico. El punto de todo lo expuesto anteriormente es: estamos ante la peor crisis desde 1929 y la economía apenas crece 6 años después del comienzo de la misma; si la FED no hacía nada: ¿hubiese sido peor? La respuesta no puede dejar dudas: Si. Hubiese sido mucho peor, al menos al principio. Si a la orgía de desapalancamiento la FED le sumaba política monetaria contractiva y dejaba que el mercado determine la tasa de interés (y que por tanto estas suban), el PBI hubiese caído más que un 3,85% en 2009 y el desempleo hubiese tocado un pico mayor que el 9,9% de 2010. 

Obviamente el dejar que la crisis tome su curso y el mercado corrija no es un mero capricho liberal. Su objeto es corregir las malinversiones generadas por las señales erróneas dadas por precios manipulados. La manipulación de la tasa de interés durante el boom llevó a una mega burbuja inmobiliaria y sus consecuencias se padecen hasta la fecha. Como si fuera poco, un ambiente de tasas 0% y política monetaria muy acomodaticia probablemente haga poco para prevenir un nuevo episodio similar. Peor aún, incentiva la perpetuidad del moral hazard de los grandes bancos. ¿Por qué habrían de ser cuidadosos si saben que en última instancia el Estado los rescatará? El gran endeudamiento del Estado (que crece y sigue creciendo) también preocupa mucho a inversores, que ante la incertidumbre prefieren no invertir. Si el Estado imprime hoy, cobrará impuestos mañana: la equivalencia ricardiana versión Siglo XXI. El gobierno combate expectativas de deflación a base de generar expectativas de estancamiento, la década perdida de Japón es ejemplo de ello.




Mi conclusión sería, básicamente, si la FED no interviene la crisis es peor, pero más corta y no siembra las semillas de la próxima crisis. El inconveniente en ese caso es claro: ¿y cómo sobrevivimos (si es que sobrevivimos) a esa transición? ¿A esa depresión que viene a corregir y purgar la manipulación de los precios? Gran pregunta, y seguramente muy pocos quieren saber la respuesta. 
Comparemos dos recesiones que incluyeron colapso bancario (de intensidad no idéntica pero similar). 1907 (La FED no existía) vs 2007.






Los gráficos ilustran lo expuesto. En 1907, con poco o nula intervención del gobierno (el Banco Central no existía), la crisis fue más profunda pero menos duradera. Mientras que en la crisis de 2007 se da la inversa. Lo que hay que agregar acá es que los problemas de la crisis de 2007 son más severos que los de la de 1907 y por tanto una caída libre de la crisis actual hubiese sido aún más fuerte que la muy significativa de 1907.

Y así la economía llegó a su fatal momento Catch-22. Su trampa mortal. Si dejamos a la crisis ser, la profundidad de la depresión podría llegar a ser inimaginable y por tanto muy indeseable. Pero si intervenimos obtenemos crecimiento moribundo 6 años después. Con el agravante de que si las burbujas reflacionadas estallasen, el margen monetario de maniobra sería nulo; ya estamos en tasa 0% y con QE permanente. Muerte o dunga-dunga.

Una gran personalidad sumamente capaz y carismática podría ayudarnos a salir de esta. Friedrich Hayek, gran paladin de la economía de mercado en ocasiones defendió programas de estímulo fiscal ante depresiones severas. Obama pasa por una etapa de descrédito total: casi todos los ejecutivos de las empresas más importantes de EEUU (salvo los banqueros, claro) son críticos de sus políticas y muy escépticos a la hora de hablar de inversión. El poco crédito que queda en EEUU lo tiene Bernanke y lo está agotando lentamente, dólar por dólar.



@elprocurador