Monday 30 December 2013

Wengerismo resultadista

Si la Premier League se disputara con el formato del Campeonato de Argentina, Arsenal en estos momentos estaría festejando su consagración como campeón del Torneo Inicial 2013/2014, Copa "inserte nombre populista de su agrado". Hay más, también quedó a tope de la tabla para el año calendario 2013 entre todas las ligas inglesas:




Arsenal lidera la tabla de 2013 habiendo regalado dos meses de ventaja (enero y febrero). El equipo de Wenger tocó fondo tras tres duras derrotas en Londres: 0-1 vs Blackburn (5ta Ronda FA Cup), 1-3 vs Bayern Munich (ida de octavos de la Champions League) y 1-2 en el Derby del Norte de Londres como visitante vs Tottenham (Premier League).
La primera derrota fue fatal ya que eliminó al equipo de la FA Cup. La segunda era virtualmente fatal, como luego se confirmaría (aunque del modo menos esperado), y la última suponía en palabras de Villas-Boas: "la continuidad de un espiral de malos resultados del que Arsenal difícilmente pueda salir". Claro, quedaban 10 fechas, Arsenal estaba muerto anímicamente y séptimo en la tabla a 7 puntos del entonces tercero Tottenham. El resto como ya saben, es historia. Villas-Boas habló de más, gastó junto a Levy arriba de £100 millones en el último mercado y hoy se encuentra (con toda justicia) desempleado.

¿Qué ocurrió entre aquella derrota y el actual liderato en Premier? Ocurrieron muchas cosas, pero en lo sustancial, Wenger le vendió la ilusión de seguridad al inseguro. El inseguro era el plantel de Arsenal. Un plantel desangrado año tras año de figuras, tratando de surfear la ola entre los cañonazos de dinero que lanzan Chelsea y los Manchester. Wenger creía en ellos pero ellos no creían en sí mismos. Y así, las siempre ambiciosas aspiraciones del francés daban nuevamente contra la pared alrededor de marzo.
¿Las fallas? Las mismas de siempre en las últimas temporadas:

En defensa: achique indiscriminado y por tanto muchas veces ineficiente y peligroso. 
En ataque: dificultad para sostener la posesión ante la presión del rival (agravando la problemática del achique) y falta de chispa y profundidad en los metros finales. 
La conjugación de ambas: una severa merma en la confianza.

Arsenio activó el protocolo de emergencia en un partido que en la previa parecía un trámite: Bayern Munich vs Arsenal, partido de vuelta de octavos de final de Champions League. El francés le permitió a su equipo hacer algo que lo sigue caracterizando hasta hoy: replegarse seguido en su propio campo (la ilusión de seguridad). El experimento dio resultado. Sin ser muy superior, Arsenal golpeó al principio y al final del partido y venció al poderoso de Baviera 2-0 en el Allianz Arena. El equipo de Heynckes se pegó tremendo susto pero pasó a cuartos de final por goles de visitante. Poco después aplastaría al Barcelona por un global de 7-0 y se consagraría campeón de Europa ante el Dortmund en Wembley. Arsenal tomó esa victoria en Munich como catalizador y dio una gran muestra de carácter, ganando 8 de los últimos 10 en Premier, sin derrotas. El 1-0 de la última fecha con gol de Koscielny en St James' Park alcanzó para terminar cuarto, un punto encima de Tottenham. El equipo comenzaba a recuperar la confianza en sí mismo.

De allí en adelante todo fue estímulo. Wenger recuperó las buenas expectativas para Arsenal. En un mercado de verano largo y tenso el equipo no perdió a ninguna de sus figuras e incorporó al mago Mesut Ozil, proveniente del Real Madrid por una cifra record para el club: £42 millones. El mensaje era claro, Arsenal quería volver a pelear por los títulos en serio. El plantel lo entendió rápido, ¿quién les iba a vender a los jugadores que el club traía a Ozil desde el equipo más poderoso del mundo pero que iban a pelear por el cuarto puesto? El vestuario era ahora pura confianza. En el tintero quedó la llegada de un delantero de calibre, pero el alemán proveía al equipo de soluciones claras al problema en ofensiva. La incorporación estrella fue wengerismo puro. Ozil es un jugador de características similares a jugadores con los que Arsenal ya contaba: Cazorla, Wilshere, Rosicky. Con una diferencia, es de un nivel superior, de los mejores armadores del mundo. Ozil era un upgrade automático a la estructura ofensiva del equipo. La falencia en ataque fue solucionada parcialmente, falta un delantero goleador. Pero la magia para romper líneas en los metros finales y la expectativa de que cuando Ozil lleva la pelota algo bueno está por ocurrir fue muy importante para jugadores muy estimulados a moverse mucho y atacar los espacios buscando ser asistidos por el mago.
También regresó tras 5 años Flamini: un volante posicional muy luchador y de mucho carácter. Soy de los que relativiza el peso de su importancia en el equipo pero queda claro que su aporte tiene valor.

¿Y en defensa? Wenger salió de su zona de confort y le dio las llaves del departamento defensivo a la pieza clave del cambio que se operó post derrota en White Hart Lane: Per Mertesacker. El abanderado del repliegue sostenido. Arsenio es un fundamentalista del achique, como Guardiola, pero menos acabado y con peores herramientas. Idealmente, para achicar, hay que contar con centrales veloces. Veamos las parejas de centrales estables de Arsenal desde que ganó la FA Cup 2005 para acá:

Campbell - Toure
Gallas - Toure
Gallas - Vermaelen
Koscielny - Vermaelen
Mertesacker - Vermaelen
Mertesacker - Koscielny


Sobre un total de 6 centrales tenemos 5 veloces contra 1 lento. También tenemos jugadores de recambio lentos (y malos) en este período, que de poca utilidad resultaron: Senderos, Djourou y hasta Squillaci.*
La conjugación de centrales veloces no implica que haya que achicar siempre. Simplemente predispone mejor a un equipo que apunta a presionar para recuperar la pelota rápido. Luego la lectura de los defensores para saber cuándo ejecutar el achique y cuándo no, será fundamental. Esto último la defensa de Arsenal lleva mucho tiempo haciéndolo mal.

La aparición del central de la Selección de Alemania (suplente en sus comienzos en Arsenal) rompió con el siempre imperante binomio de centrales rápidos. Hoy ya asentado como líder de la defensa, Mertesacker le ofrece a Wenger gran lectura de juego y timing (fundamentales para suplir su falta de velocidad), presencia fuerte en el juego aéreo y mucha personalidad. Y fue bien equipado: Koscielny (de gran nivel hace rato) es su complemento ideal para la marca hombre a hombre, para el anticipo, para la salida por abajo y para achicar cuando es oportuno. Los laterales no se quedan atrás: Sagna ha recuperado su mejor forma y Gibbs trepó un par de escalones en una evolución que muchos esperábamos de él.*

Y así es que Wenger, un hombre de nociones radicales como Frank Cobb, pasó del fundamentalismo del achique al achique restrictivo. 
El plan opera más o menos así: la iniciativa es nuestra salvo que el rival disponga lo contrario (i.e vs Everton, City o Borussia Dortmund como visitante). Si ello ocurre, Arsenal cede bastante territorio PERO intenta no ceder la pelota, apelando a la mayor virtud de los equipos de Wenger: posesión, movilidad y mucha circulación del balón. Es una estrategia para nada exenta de riesgos, pero Arsenal ostenta la segunda valla menos vencida de 2013 (recibió apenas un gol más que Everton). Además, Arsenio tiene mucha fe en lo que Ozil+Walcott (también Chamberlain/Podolski) puedan darle en la contra. Por el momento no vimos demasiado de esto dadas las lesiones de los extremos. De hecho Arsenal ha jugado la mayor parte de lo que va de la temporada sin wines. En esta clase de partidos el ideal de sostener la posesión a pesar del asedio del rival tuvo resultados dispares. Funcionó vs United (analizo el primer tiempo) y Dortmund. Falló vs Everton y Manchester City. Mal que nos pese no es difícil entender por qué. Dortmund y United presionaron con la intención de soltar juego rápido por las bandas y herir del modo más rápido y directo posible. Everton y Manchester City, en cambio, buscaron lastimar a Arsenal sometiéndolo, haciendo circular la pelota. La diferencia de calidad individual entre un equipo y otro es obvia: uno le marcó un gol, y el otro, seis.
Cuando Arsenal tiene la iniciativa la cosa es más sencilla. El equipo se instala en territorio rival y además presiona y muy bien. La defensa achica terreno con cierta prudencia y los volantes que siempre andan juntos para tocar, están juntos para recuperar. La primera oleada de presión de Arsenal en estos casos es muy efectiva. Nótese que en esta clase de partidos el equipo no falló casi nunca (cosa que hacía y mucho en temporadas anteriores). Solamente fracasó ante Chelsea y (si se quiere) en el segundo tiempo vs Manchester United. Ozil ha jugado una parte muy importante en ello. Como así también Ramsey, que está jugando en un nivel exponencialmente superior al de la temporada pasada.

No es sencillo formular advertencias o intentar marcar errores cuando el equipo está arriba de todos en la tabla tras medio torneo, pero esta costumbre de repliegue de Arsenal es peligrosa. Es más sencillo defenderse con la pelota que sin ella. No resultó para nada agradable ver al equipo aguantando los últimos 20 minutos y resignando totalmente la posesión vs Newcastle como si se tratara del Barcelona. Tampoco fue simpático perder la punta del grupo de Champions tras una derrota muy evitable ante Napoli en Italia. Contra Everton tras un inicio arrollador en el segundo tiempo Wenger realizó tres cambios juntos que le dieron el control del partido al visitante. ¿Y qué decir del primer tiempo en Old Trafford? Capítulo a parte para ello, dado que fue otro episodio de pánico escénico en dicho estadio. 
Hoy se defiende el ingreso de laterales en lugar de extremos, pero eso jamás formó parte del manual wengerista. Lo que hizo Wenger fue brindarle la ilusión de seguridad a un grupo de personas que se encontraban mentalmente abatidas. Viene dando resultado, pero Wenger no está cómodo con este approach y uno presiente que pretende otra cosa a futuro. 

Si Ozil fue el primero de muchos, probablemente el techo de este equipo se encuentre muy lejos del nivel actual. La ilusión está intacta.




*: Podríamos hablar de los cambios en la fisonomía del mediocampo operados por la aparición (y mantenidos tras su ida) de Fabregas, pero la figura de Mikel Arteta ha demostrado que son poco relevantes para el tema que nos ocupa.

*: Párrafo a parte para las (muchas) virtudes de Mikel Arteta. Lo dejamos para otro día.





1 comment:

  1. Un gran análisis, creo que reflejaste muy bien la seguridad que busca instalar Wenger, siempre da un mensaje de confianza en los momentos difíciles.
    Y de Mertesacker, aparte de todas las virtudes que señalaste, destaco su mentalidad, creo que es un líder nato.
    Saludos y felicitaciones.

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